lunes, 30 de agosto de 2010

“Hay que evaluar para qué estamos”
“Es necesario evaluar para qué está el equipo”, reconoció Gabbarini. El Rojo no levanta.

Gabbarini analizó el mal momento del Rojo. Le sacó responsabilidad a Garnero, miró a futuro y replanteó algunos aspectos. "Tenemos que acoplarnos con los refuerzos", dijo.

El presente de Independiente no es el mejor. Con un punto de 12, parece que el equipo de Garnero deberá apostar a la Copa Sudamericana. El arquero del Rojo, Adrián Gabbarini, razonó en La Red sobre el mal momento del equipo y admitió que “si somos jugadores de Primera División por algo será, así que debemos poner el pecho para salir adelante. Hay que evaluar para qué estamos y actuar en consecuencia”.

¿Cómo explicar el juego del Rojo? Gabba intentó dar su mirada y dijo que “con Argentinos Juniors en la Copa Sudamericana hicimos un primer tiempo muy bueno; contra River, en el segundo tiempo ellos no llegaron ni una sola vez. Por eso sostengo que lo nuestro no es tan malo. Nos falta acoplarnos más con los nuevos”.

“Creo que cuando vuelvan los tres lesionados que tenemos, Carlos Matheu, Walter Busse y Martín Gómez, todos buenos jugadores, el equipo los va sentir casi como si fueran refuerzos, y será una inyección futbolística para el grupo”, manifestó el uno. A pesar de los refuerzos, parece que el Rojo no supo reemplazar las ausencias por lesión.

Lo gente pide a gritos por la vuelta de Gallego. Por su parte, el arquero bancó al DT: “Garnero hace todo lo posible para que esto mejore, pero si las cosas no se dan no es toda su responsabilidad. Por eso no va a salir nunca de mi boca algo que tenga que ver con cuestionamientos al técnico”. La suerte en la Sudamericana, ¿marcará el futuro de Garnero?

Enemigo en casa

Choy González celebra el 2-0, un golazo a puro tiki tiki.

Choy González celebra el 2-0, un golazo a puro tiki tiki.

Independiente pierde mucho porque juega mal, como le pasó ayer con un rival vivo que se aprovechó de sus flaquezas. Qué injusticia si Parra lo empataba...

Que Daniel Garnero no dependa de los resultados, como lo enunció Menotti, es una buena señal de tantas que debe haber dentro de un esquema de fútbol profesional. Eso, además de una política coherente de contrataciones y un plan de juego, entre otros ítem. Este Independiente es deficitario en todos. Porque apenas ganó uno de cinco partidos en la temporada, juega mal y el hincha reacciona porque no tolera que, dentro del programa de racionalización de la CD, el mejor refuerzo sea la grúa que llegó para terminar el estadio.

El técnico se escudó en el cansancio y se quejó de la programación, pero Argentinos, sólo dos horas después (y con sólo dos cambios más de los que hizo el Rojo), le planteó dura pelea a River. Por otro lado, es Arsenal el ejemplo de que un equipo que cambia varias caras puede jugar bien: depende de la elección de los intérpretes. El Marciano Ortiz nunca había jugado con Leiva, y se entienden bastante bien en el doble 5. Lo mismo en el tándem zurdo de la defensa (Aguilar-Krupoviesa) o el derecho (Nervo-Lisandro López). Pasa también por la resolución conceptual de los jugadores. Los goles de Arsenal nacieron de sendos saques laterales (y pudo haber un tercero, anulado por offside) y en ambos hubo situaciones en las que un jugador se burló de dos marcadores; Cabrera se empecinó en tirar centros (su especialidad, dicen...) cuando tenía mejores opciones; Mancuello decidió siempre mal; la gente pidió a Mareque como el posible salvador y el 3, jugando de 10, generó una brisa... Y en el final quedó la falsa sensación de empate con el sablazo de Parra (como Silvera contra River, con la sutil diferencia de que Cuqui hizo lucir a Carrizo...). Todos espejismos, porque la realidad de este Independiente se acomoda más a un equipo en el que la mayoría de sus jugadores salen con los botines al revés. Es cierto que tuvo poco descanso, que la programación de Copa y torneo no lo favoreció, que la escasa paciencia del hincha no ayuda y que el rival juega (bien, claro), pero Independiente, más que buscar enemigos afuera, necesita ser autocrítico.

Facundo de Palma

Libertadores de Américo

Independiente perdió su tercer partido en el Apertura, quedó último y la mayoría del estadio volvió a insultar a Menotti, a Comparada y a toda la CD, y pidió por el regreso de Gallego. Tolo para el Diablo...

"Movete, Rojo, movete; movete y dejá de joder...”. El clima ya estaba espeso. El equipo de Garnero no podía con Arsenal. Sena había puesto el 0-1 y el “Comparada botón”, que bajaba de la popular Sur se mezclaba con “El Rojo ponga hueeevo...” que partía de la Norte, corazón de la barra. Pero bastó que Choy González clavara su golazo para que el Libertadores de América estallara de bronca. Porque si en todo el partido el Rojo había generado un par de tiritos, la gente vio que con 13 minutos por jugarse, y aunque Galeano luego descontara, la derrota era una sentencia. Y unió sus gargantas: “El Rojo va a salir campeón, el día que se vayan todos los hijos de puta de la Comisión”, fue el hit que abrió el recital de cuatro minutos continuos de insultos y reclamos. “Menotti, hijo de puta, la puta que te parió”, la ligó el Flaco, manager del club desde hace 14 meses. “Olé, olé, olé, Toloooo, Toloooo”, se pidió por el último técnico campeón y hacedor de dos cuartos puestos en la temporada 2009/10. “Esto no es Racing, la puta que lo parió”, se despegaron de los pesares del vecino. Y cerraron con el pedido de “que vuelva el Tolo”, y más insultos. Un Infierno.

En cinco años y cuatro meses de gestión de Comparada hubo otras revueltas populares. Se recuerda un 0-1 contra San Lorenzo en Huracán (Clausura 09), cuando les tiraron jeringas con sangre a los jugadores y también la ligaron los dirigentes. O, sin ir tan lejos, los mismos gritos de ayer se repitieron hace una semana en el Monumental. Aunque es la primera vez que el nuevo estadio retumba de calentura. ¿Traerá coletazos en la CD? Por ahora, salvo algunos silbidos aislados, el plantel sale indemne de los gritos: directamente se quema en la cancha. Y Garnero, ignorado en el clamor popular, queda pegado cuando los hinchas le pasan factura a la CD por no haber retenido al Tolo. “Me resulta indiferente que pidan por él. Lo entiendo. Es el último entrenador que fue campeón, está muy identificado con la gente. Me tengo que sacar el sombrero para hablar de él. Lo que no me gusta es que se insulte. Pagar una entrada no les da ese derecho. Sí se pueden reprobar situaciones. Pero en un montón de aspectos el ambiente no es el ideal. La relación de la dirigencia con la AFA tampoco es muy buena. Y esas pequeñas cosas pasan a ser determinantes. ¿Si nos bajamos del campeonato? La verdad que no. Estoy convencido de que hay plantel y esto se revierte de adentro para afuera”, se descargó.

La amabilidad del DT para sentarse diez minutos en una sala llena de periodistas no la tuvieron los jugadores: salieron en fila india, ¡una hora y 20 minutos! después del partido, cuando en el playón quedaban unos 30 hinchas con ganas de gritarles. Sólo Parra se detuvo. “No sé por qué jugamos mal... Disculpen”, esbozó. Y se unió a un grupo que se fue en silencio y último en la tabla. El Libertadores de Américo ya había dicho lo suyo.

Demian Meltzer

¿Para qué está Silvera?

Silvera tuvo un cabezazo débil a las manos de Campestrini. Su otra prestación de área fue en la de Gabbarini: un rechazo de testa y otro con el pie derecho. En parte, es su culpa no generarse chances de gol, aunque lo determinante fue la incapacidad de sus compañeros para apoyarlo: si Mancuello, Maxi Velázquez, Tuzzio y Cabrera fueron por las bandas pero casi no desbordaron para que el Cuqui con un pique corto quedara de cara al arco, la culpa no es del punta. Un dato que es toda una definición: la primera vez que el atacante tocó la pelota en el segundo tiempo fue para sacar del medio tras el gol de Sena, ya con 15 minutos. Esta es la demostración de que jugó casi aislado, como ante River. Sus compañeros saben qué tienen que hacer para sacarle el jugo. Y el déficit de ellos no es intelectual sino creativo...

Juan Pablo Méndez

Fuente : Olé

No hay comentarios:

Publicar un comentario