jueves, 18 de agosto de 2011


Equipo que duerme...
Fredes, Assmann y Gaby, tras el 0-1 en Lanús , a los 92'.

Al Rojo se les escaparon puntos en uno de cada tres partidos del año y sufrió varios goles en los últimos 15 minutos. ¿Desatenciones o cansancio físico?

El reloj se aproxima a la hora señalada, el final es incipiente, el resultado parece estar sellado, pero un imprevisto irrumpe en la monotonía del partido. Un gol del rival derrumba la tranquilidad de Independiente e invalida el esfuerzo realizado. Lamentos, rostros abrumados, muecas de preocupación y gestos que delatan la bronca por haber perdido lo que se tenía en el bolsillo se apoderan de la escena.

La película se reiteró en varias oportunidades a los largo del 2011. El partido contra Lanús (gol de Pavone, a los 92 minutos) no es el primero en el que al Rojo se le escapan puntos: le pasó en uno de cada tres juegos del año. Algunos de ellos, los padeció en los últimos 15’: perdió dos porotos ante Vélez, uno frente a River y dos ante All Boys en ese lapso fatídico, y solo sumó dos unidades contra Gimnasia y una con Boca en el trayecto final.

Pero, ¿cuáles son los motivos que desencadenan estos desenlaces funestos? “Estamos sintiendo un poco el cansancio por la acumulación de partidos y los viajes. En el semestre anterior también afrontamos copa y torneo y eso repercute en lo físico”, reconoció Matías Defederico, en sintonía con Leonel Núñez: “Se debe al agotamiento. Igual, ante Lanús manejamos la pelota hasta el final, pero una distracción nos costó cara”.

Julián Velázquez también detectó las raíces del problema: “Las circunstancias se dieron así. Estamos pasando por una mala racha, no creo que se deba a cuestiones físicas ni desatenciones”. Por su parte, Maxi Velázquez considera que los goles sufridos en la agonía de los encuentros fueron producto del infortunio: “Somos conscientes de que el partido no se termina hasta el pitazo final, pero estamos ligando en contra”. Y Cristian Pellerano también encontró fundamentos abstractos para justificar esto. “Tenemos mala suerte”, sentenció el volante. ¿Casualidad o causalidad? Cocodrilo que se duerme, es cartera...

Fuente : Olé

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