lunes, 15 de agosto de 2011


Un grito de corazón
Casi ni habla con la prensa y no sobresale su voz de mando en la cancha. Su secreto es transmitir con el ejemplo.

Silencioso y antimarketinero, Tuzzio se ganó a los hinchas con garra y coraje. Su polifuncionalidad, su futuro retiro en el club... El perfil del emblema de este Rojo.

Olé, olé, olé, olé, Tu-zzió, Tu-zzió...”. El miércoles, el Libertadores de América ovacionó a Gabriel Milito en su regreso a Independiente, el club de sus amores. Sin embargo, en el aplausómetro virtual, el jugador más reconocido por los hinchas a lo largo de los 90 minutos contra Inter no fue el Mariscal sino Eduardo Tuzzio. El mismo que agradeció tímidamente tanto cariño. El mismo que en el Rojo, en el ocaso de su carrera, encontró su lugar en el mundo. El mismo que juega donde lo ponen y sin chistar. El mismo que ya se imagina retirándose en el club. Adorado por sus compañeros y por la gente, el dueño de la 6 es el corazón de este equipo.

“El cariño de los hinchas lo sentí desde el primer momento. Siempre voy a estar agradecido”, comentó ya con el 2-1 final. Su aparición televisiva fue una excepción a la regla. El Tío, como lo llaman algunos compañeros del plantel, no suele realizar declaraciones públicas. Militante del perfil bajo, prácticamente no da entrevistas y su bandera es lo que muestra en la cancha: compromiso, mentalidad ganadora y actitud para ir a trabar (y ganar) hasta las pelotas imposibles. “Y también tiene técnica, ojo. Con Inter fue clave con sus centros precisos y sus desbordes por la banda. Lo que pasa es que, por su garra, el fútbol que aporta queda en segundo plano”, le cuenta a Olé alguien de su entorno más íntimo.

El ingreso de Milito llevó a Mohamed a pensar en una línea de cuatro. Como ocurrió con Gallego o en otros partidos del actual ciclo, Tuzzio cambió de posición y fue de lateral por la derecha. En realidad, desde que arribó a Independiente, el ex San Lorenzo y River jugó de todo: líbero y stopper en línea de tres, zaguero central y lateral en línea de cuatro. Y hasta fue de volante central y de doble cinco. Su polifuncionalidad es elogiada por Mohamed. Y lo bueno es que su nivel no decae pese a los movimientos tácticos.

A los 37 años (los cumplió el pasado 31 de julio), Tuzzio transita los últimos años de su carrera. En Independiente le quedan dos temporadas más de contrato (se le vence el 30 de junio del 2013), un poco antes de soplar las 39 velitas. Hoy, su idea es colgar los botines en el Rojo. Y la dirigencia actual se ilusiona con que el defensor siga vinculado de alguna manera al club. “Es muy querido y la verdad es que él se siente muy cómodo acá”, cuenta otra persona que lo conoce muy bien.

Su condición de ejemplo para el resto del plantel es algo que no pasa inadvertido por los dirigentes. Si bien en la cancha no se caracteriza por su voz de mando, sus consejos fuera de ella y su gran profesionalismo lo convierten en una especie de líder silencioso. Ese liderazgo comenzó a ejercerlo antes de debutar en Primera: a los 18 años murió su papá y Eduardo, el mayor de los cinco hermanos, debió hacerse cargo del rol paterno en su nutrida familia.

“Allá en Brasil va a ser muy dura la revancha. Pero lo que queda claro es que la actitud no la negociamos”, aclaró Tuzzio, por las dudas. Los hinchas, viéndolo jugar a él, pueden dar fe de ello.

Fuente : Olé

No hay comentarios:

Publicar un comentario