sábado, 2 de abril de 2011

TORNEO CLAUSURA 2011
Gimnasia 1Independiente 2

Independiente reaccionó y no perdonó a Gimnasia
El Rojo volvió al triunfo al imponerse por 2-1 en La Plata con goles de Andrés Silvera (ST 9m) y Cristian Pellerano (ST 46m), este último agónico después de jugar con diez hombres por la expulsión de Carlos Matheu. El Lobo, que está en descenso directo, había empezado arriba a través de Abel Masuero (PT 18m).

Independiente consiguió este viernes un valioso triunfo por 2-1 sobre Gimnasia en La Plata, en donde no vencía al Lobo desde 1995. No fue la mejor noche de los de Avellaneda, pero si algo no les faltó es entereza para llegar al epílogo en inferioridad numérica y creyendo en el triunfo y se llevaron tres puntos de oro para retomar la buena senda, alejarse de la Promoción y hundir más al dueño de casa en el descenso directo.

El primer tiempo tuvo buenos momentos para ambos equipos. Fue el conjunto de Antonio Mohamed el que tomó la posta en el inicio, con una buena tarea de Eduardo Tuzzio en el medio, con un Hernán Fredes de lo mejor de la visita en todo el desarrollo y con Andrés Silvera como su atacante más peligroso. Fredes fue el primero en avisar con un disparo desviado, pero Joaquín Romera respondió para los de Angel Cappa en un mano a mano que despejó Fabián Assmann.

No obstante, el primero en golpear fue el Lobo cuando, a los 18 minutos, Luciano Aued mandó un centro desde la derecha de tiro libre que Abel Masuero, ingresando por atrás, cabeceó a la red. Entonces empezó a crecer el local, con su mediocampo atento y Juan Neira como conocida carta de peligro, Así fue que Lucas Castro quedó cara a cara con Assmann, empaló el balón y lo estrelló en el palo y que, ya en el segundo período, Lisandro Magallán cabeceó afuera y Alejandro Capurro definió alto.

Sin embargo, en el complemento Independiente había salido más decidido. Y aún lejos de lograr circular el balón con ideas para lastimar, alcanzó la igualdad a los nueve cuando Julián Velázquez lanzó un centro desde la izquierda, Gastón Sessa lo despejó mal y se la dejó servida en sus narices a Silvera, quien sólo tuvo que empujar la pelota al gol.

Pero al minuto siguiente, el desarrollo le dio otro golpe al Rojo, cuando Carlos Matheu vio su segunda amarilla y lo obligó a luchar todo lo que faltaba en inferioridad numérica. Entonces primó la lucha en el medio y, con más voluntad que fútbol, los de Avellaneda lograron neutralizar pese a su dominio a los platenses, cuyos ímpetus no eran los mismos que antes. Sólo Aued inquietó con un tiro de media distancia y Neira se topó con Assmann.

De todas formas, pocos habrán imaginado el desenlace que la velada tenía preparado para el pleito. Fredes apareció por derecha con la defensa local mal parada, dio el pase al medio y Cristian Pellerano se acomodó, hizo pasar a un defensor de largo y definió fuerte ante la salida de Sessa. Así, con el último aliento, todo el premio se iba para Avellaneda y la desazón invadía una vez más a la dura realidad de Gimnasia.


Caperucita desteñida

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Independiente se tentó y volvió a repetir la peligrosa costumbre de caminar por la cornisa. En el Bosque, un terreno esquivo desde 1995, el intento de imponer condiciones duró una quincena de minutos. Gimnasia y sus sanas intenciones le dieron una cachetada y lo empujaron hacia el vacío con movilidad en el mediocampo. Pero las uñas de Assmann y la pésima definición del Lobo sostuvieron con vida al elenco de Mohamed, que aprovechó el par de chances que tuvo y se llevó un triunfazo de La Plata.

El dibujo híper flexible que confeccionó Mohamed sólo dio réditos hasta que el local se acomodó. Tras el buen arranque, el Rojo comenzó a pagar multas en euros por ser un equipo muy largo y plagado de errores tácticos. Un mamarracho lleno de espacios libres que fueron aprovechados por Rinaudo, Castro, Neira y compañía. El Turco reaccionó rápido y sacó a Vélez para poner a Parra a la media hora, ya con el 0-1 en el marcador. Los ensayos de la semana fueron en vano. No se pudo monopolizar la pelota ni dañar con las herramientas previstas: la dinámica de Fredes, el cambio de ritmo de Martínez y las trepadas de Velázquez y Vélez.

El oportunismo de Silvera se combinó con las severas fallas defensivas de Gimnasia para forzar el empate en el arranque del complemento. Sin embargo, la tonta expulsión de Matheu complicó todos los planes. Mohamed volvió a tirar al equipo para atrás (Battión por Silvera y Godoy por Martínez) y Assmann hizo olvidar a Navarro con atajadas vitales. Nadie esperaba ese centro de Fredes y el gol del laborioso Pellerano. Nadie esperaba semejante premio por otra actuación desconcertante, que no dejará ninguna conclusión táctica. Quizás haya que entender que aquel ansiado despegue jamás llegará, sino que habrá que conformarse con pisar con cuidado en las 11 cornisas locales pendientes.

MR - Paladar Negro

Fuente : TyC Sports

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