martes, 25 de octubre de 2011

TORNEO APERTURA 2011 _ FECHA 12 _
Banfield 3Independiente 0

Muñeco vudú
Con dos goles de Facundo “Chucky” Ferreyra y otro de Walter Acevedo en el final del partido, Banfield le ganó 3-0 a Independiente en el Sur y lo dejó en trance. El equipo de Ramón Díaz jugó con diez por la expulsión …

A los 29 minutos, Vigliano complicó las posibilidades de Independiente. En una jugada trabada, Jorge Achucarro y Julián Velázquez se transaron en el piso, el delantero de Banfield le pegó un planchazo al defensor, que reaccionó con una patada. El juez inclinó la balanza a favor del local y sólo expulsó al correntino.

Con el hombre de menos, Ramón Díaz prefirió conservar la línea de cuatro en el fondo y mandó a la cancha a Carlos Matheu en lugar de Nuñez. Independiente no hizo pie en el campo de juego. A Defederico no le llegó la pelota y Parra mostró un nivel bajísimo en esos primeros 45 minutos , perdiendo siempre en el mano a mano con los defensores locales.

En el segundo tiempo la ecuación no cambió. Fue Banfield quien salió más decidido e Independiente apostó a alguna contra, que nunca llegó. Así, en un ráfaga de cuatro minutos, el Taladro sacó una ventaja trascendental. Facundo Ferreyra, primero con un remate cruzado y luego con un gol de bellísima factura, dejó nocaut al Rojo. En ambas ocasiones, el delantero dejó en ridículo a Carlos Matheu, que leyó tarde las acciones del juvenil.

Con dos goles de Facundo “Chucky” Ferreyra y otro de Walter Acevedo en el final del partido, Banfield le ganó 3-0 a Independiente en el Sur y lo dejó en trance. El equipo de Ramón Díaz jugó con diez por la expulsión de Julián Velázquez a los 28 minutos del primer tiempo, en una acción donde también debió irse de la cancha Jorge Achucarro. El Rojo jugó muy mal y se aleja de la Copa Libertadores.

Independiente y Banfield igualan 0-0 en el Florencio Sola. A los 29 minutos de juego, Mauro Vigliano no juzgó de forma pareja una mutua agresión entre Julián Velázquez y Jorge Achucarro y expulsó al defensor del Rojo. Luego de las victorias consecutivas ante Liga y Godoy Cruz, el equipo de Ramón Díaz necesita ganar para seguir soñando con la Copa Libertadores.

Independiente salió decidido a buscarlo desde el arranque, con movilidad y entusiasmo. A los siete minutos de juego tuvo el gol en la cabeza de Facundo Parra, quien cabeceó exigido y débil tras un buen centro de Matías Defederico. Con el correr de los minutos, Banfield ajustó las marcas en la mitad de cancha y al Rojo se le complicó tener la pelota. Además, al equipo de Ramón Díaz le costó mucho retroceder y dejó espacios libres para la contra del Taladro.

El conjunto de La Volpe fue emparejando el partido y pasó a dominar el juego, aunque mostró pocas ideas claras para abrir el marcador. En el Rojo no hubo sociedades y le costó tener la pelota por la constante presión de los hombres de Banfield. Arriba, Parra quedó muy solitario e inconexo del mediocampo.

Con el resultado en contra, Ramón puso a Marco Pérez en lugar del Malevo Ferreyra y ahí es donde nace la gran duda: ¿Por qué no dejó a Nuñez? Sin embargo, Independiente siguió siendo un cúmulo de errores y un Banfield muy pobre y sin nada de otro mundo, terminó ganando en todos los sectores de la cancha con mucha comodidad. ¿Ocasiones de gol para el Rojo? Sólo dos, ambas del colombiano Pérez, primero errando a pocos metros del arco y luego impactando un tiro libre en el travesaño.

Así se fue muriendo el partido, con un Independiente ahogado en una nebulosa, sin chispa, sin claridad y con un pobrísimo nivel de juego. Mal Fredes, perdido Godoy (se sintió la ausencia de Cristian Pellerano), invisible Ferreyra, improductivo Defederico y fastidioso nivel de Parra, que fue a contramano del equipo en todo el partido. La defensa mostró aquellos errores que parecían olvidados. Por si faltaba algo, Acevedo, con un gran remate de afuera del área, marcó el tercero. Por respeto, no lo festejó.

Banfield destrozó las ilusiones de Independiente. Le pinchó el globo de la esperanza, del resurgimiento y lo ahogó en sus mayores penas. El Rojo fue una lágrima y no mostró nada de lo que pregona Ramón Díaz: ni las ganas, ni la jerarquía, ni nada. No queda otra que seguir trabajando, pero sobre todo, entender que llevan puesta una de las camisetas más prestigiosas del país. Noche negra, con un muñeco diabólico que terminó desnudando las miserias, vaya paradoja, del mismísimo Diablo.

Fuente : Muydiablo

No hay comentarios:

Publicar un comentario