sábado, 18 de junio de 2011

TORNEO CLAUSURA 2011
Independiente 5Huracán 1

Sufrir y gozar
El Turco, en un día difícil, saluda a su gente.

Independiente goleó 5-1 a Huracán con un Mohamed que la pasó mal. Pero cuando el Globo se veía descendido, Cellay, fanático de Huracán, le metió dos goles a Gimnasia y habrá desempate.

No hay dudas de que fueron una puñalada. Más allá de que fue el mismísimo Antonio Mohamed el que dijo en la semana que dejaría el corazón fuera de su cuerpo durante el partido con Huracán, en cada gol, en cada festejo de sus muchachos, su cara no fue precisamente la de un técnico que veía a su equipo dando cátedra. Un Independiente que, caducando absolutamente todas las suspicacias que se habían generado en torno al pasado de quien se sentaba en su banco de suplentes, bailó a un rival resignado desde los 15' del primer tiempo y lo borró completamente del verde césped del Libertadores de América.

El Globo llegaba dependiendo de sí mismo, con una victoria tendría destino de Promoción y evitaría el descenso directo. Pero el sueño, mientras en La Plata Gimnasia se hacía una victoria ante Boca que lo dejaba vivo, se quedaba en la almohada. Porque jamás despertó Huracán. Pasó el gol de Facundo Parra, pasó el de Andrés Silvera, pasó el de Lionel Núñez, pasaron los dos de Patricio Rodríguez, todos con el condimento gestual del Turco, y desde enfrente nunca hubo indicios de una posible reacción. El Globo fue blando, a punto tal de que ni siquiera puso a prueba a Diego Rodríguez, salvo en los dos penales ejecutados (uno afuera y otro adentro) por Javier Cámpora.

El descuento, obvio, llegó tarde. Sólo si en el Bosque se comían al Lobo, Huracán viviría. Las radios buscaban la frecuencia en los últimos minutos y traían buenas noticias: Martín Palermo la bajaba y Christian Cellay, hombre de la casa y quemero de alma, ponía el 2-2. La historia ya estaba escrita, decretada, y era irrefutable. Si se definía por méritos propios, la B Nacional esperaba a Huracán con los brazos abiertos. Y el descenso, después de aquella vuelta a Primera en 2007 de la mano de nada más ni nada menos que el propio Mohamed, tomaba forma de inevitable. Boca le dio una mano y habrá desempate con el Lobo para disputarse un desquite con un equipo de la segunda categoría del fútbol argentino o caer directamente.


“Me devolvió el alma al cuerpo”El Turco sufrió mucho en el banco.

Mohamed agradeció por el gol de Cellay: "Tuve un dolor inmenso, estaba muy mal. Fue un regalo del cielo que puso las cosas en su lugar. La verdad se vio en la cancha, fuimos profesionales".

Antonio Mohamed vivió un día, indudablemente, para el infarto. El Turco casi manda a Huracán a la B Nacional con un 5-1 rotundo de su Independiente, pero dos goles de Christian Cellay a Gimnasia le dieron vida al Globo. "Tuvimos profesionalidad. Todo lo que se dijo fueron puras palabrerías. Estoy muy contento porque el gol de Cellay me vuelve el alma al cuerpo. Otro jugador que salió de Huracán y es una muestra más de que existe alguien arriba que pone las cosas en su lugar", tiró el técnico del Rojo.

Y, obvio, se lo dedicó a quienes habían generado dudas en la previa del partido: "Esto es para todos los que hablan. El que habló de más, tiene que quedarse en su casa. Se demostró que el fútbol es totalmente limpio y hoy River está en Promoción. Yo la pasé muy mal esta semana, pero tenía que hacer mi trabajo y que Dios decida. La verdad se vio en la cancha. Cuando Independiente tuvo problemas de Promoción, puso los huevitos y ganó. Esta vez tenía que poner la dignidad y así lo hizo".

Además, pidió que los hinchas quemeros lo comprendan. "La gente de Independiente sabe cómo trabajamos nosotros. Jamás hubo problemas. Y la de Huracán tiene que entender que esto es profesional. Yo tuve un dolor inmenso, estaba muy mal. Pensé que había terminado el partido en La Plata y el empate fue un regalo del cielo. Ojalá que Huracán se pueda quedar en Primera", cerró.

Fuente : Olé

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